Actualmente se mantiene vivo el mito que durante el invierno debemos consumir alimentos más calóricos. Pero, ¿es realmente así? No te pierdas las sugerencias para evitar caer en esta costumbre.
Cuando hace frío tenemos una inclinación hacia comidas altas en grasas y azúcar, entre los alimentos de mayor preferencia y mayor consumo durante esta estación podemos mencionar los chocolates, panificados, guisados. Si bien puede incrementarse el apetito esto no significa que tenemos que duplicar las porciones, también tendemos a ingerir menos agua y a disminuir nuestra actividad física.
Todo esto contribuye a que durante el invierno tengamos un aumento de peso promedio entre uno a tres kilos, en muchos casos este aumento se revierte a partir del mes de agosto cuando comenzamos a usar ropa más liviana y comenzamos a buscar soluciones para disminuir de peso, pero lo ideal es no llegar a este situación extrema y mantener un peso saludable durante todo el año.
Debemos tener una alimentación variada para poder obtener los nutrientes necesarios y mantener fuerte nuestro sistema inmune que ante las bajas temperaturas lo requiere.
A continuación te brindamos algunos consejos para tenerlos en cuenta durante este invierno para evitar subir de peso y para que el invierno deje ser sinónimo de kilos acumulados.
1. Controla el tamaño de las porciones. En invierno estamos menos activos y, por lo tanto, la cantidad de calorías consumidas debe ser acorde con nuestro gasto de las mismas.
2. Comenzá siempre las comidas con una sopa preferentemente de verduras, lo que brindará una sensación de saciedad y nos previene de consumir más cantidad del plato principal.
3. Se recomienda no comer más de tres veces por semana platos que tengan como base arroz, papas o lentejas.
4. Reemplazar las galletas dulces y las facturas por vainillas o Bay-Biscuits, y las tortas de chocolate por las tartas de manzanas.
5. No te olvides de hidratarte correctamente. En invierno nos cuesta más tomar agua, pero podemos incorporar líquidos a través de infusiones, sopas, verduras y frutas.
6. Modera el consumo de bebidas con cafeína como el café y las bebidas cola, consumidas en exceso no son saludables y pueden producir deshidratación.
7. Consumí frutas de estación todos los días en especial las cítricas ricas en vitamina C que contribuyen con nuestro sistema inmune previniendo enfermedades como la gripe u otras específicas del invierno.
8. Incorpora verduras, las ensaladas no son su única forma de preparació, podés incorporarla asadas, grilladas, al vapor en budines o soufflés.
9. No abandones la práctica de actividades físicas, estas no sólo mantienen al cuerpo ejercitado sino que se convierten en una fuente de regulación de la temperatura. En este sentido siguen siendo importantes las caminatas al aire libre, la bicicleta, la natación y cualquier tipo de deporte. Hay que dejar de ver la actividad física como algo que solo realizamos durante la primavera o el verano.
Para concluir debemos tener en cuenta que los hábitos de alimentación no deben modificarse con el frío. No se deben aumentar las cantidades. Se debe mantener un buen desayuno y almorzar más fuerte que lo que ingeriremos en la cena. Sin embargo, esto es difícilmente practicable en nuestra sociedad y por ello pretendemos al menos que la cena sea completa pero no pesada.
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Créditos de las fotos via Shutterstock: (1) Subbotina Anna | (2) Dzinnik Darius | (3) Drozdowski | (4) Blazej Lyjak |
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