Cuando queremos perder unos kilos es frecuente que pensemos obtener resultados mágicos que no requieran mucho esfuerzo en un breve periodo de tiempo, para ello buscamos en una revista o en internet este tipo de fórmulas basadas en falsas creencias que no tienen ningún fundamento científico y no somos conscientes del riesgo que representan para nuestra salud.
Son dietas hipocalóricas, menor a 500 kcal., con nombres llamativos como por ejemplo, dieta de la luna, dieta del pomelo, dieta de la sopa, y aseguran un determinado número de kilos a perder en semanas o en un mes, prohíben el consumo de un determinado alimento o se limitan al consumo de uno o unos pocos alimentos, en algunas promueven el ayuno u omitir la cena o el almuerzo.
Al creer en los supuestos resultados seguimos al pie de la letra todas las indicaciones pero por lo general siempre por poco tiempo hasta que nuestro cuerpo no resiste más la monotonía de esas dietas. Esto nos conduce a comer igual o más que antes teniendo periodos de voracidad que muchas veces se convierten en atracones. Por lo tanto, es frecuente que en pocos días se produzca un efecto rebote por lo que se recuperan los kilos perdidos y hasta algunas veces se supera el peso anterior. Esto se debe a que durante el periodo que realizamos este tipo de alimentación restrictiva, no se eliminó grasa sino líquido y musculo.
Otras consecuencias importantes que afectaran nuestra salud y se deben tener en cuenta son: alteraciones en el sueño, ansiedad, irritabilidad, bajo rendimiento intelectual y laboral, esto como consecuencia del déficit de vitaminas y minerales se presentan alteraciones dermatológicas, anemia, osteoporosis, entre otras. Unas de las desventajas más importantes son los trastornos alimentarios a largo plazo.
Si el objetivo es descender de peso, para no caer en este tipo de dietas supuestamente mágicas, debemos recordar que nuestro organismo está diseñado para alimentarnos y no para restringir el alimento, lo natural es que nuestro cuerpo tenga apetito y no podemos negarle el alimento. Si nos sometemos a un plan para adelgazar, el tratamiento debe estar supervisado por un profesional en nutrición, quien evaluará las necesidades de cada uno, prescribirá un plan alimentario personalizado y brindará educación alimentaria para lograr resultados efectivos a largo plazo.
Créditos de las fotos via Shutterstock: (1) Chepko Danil Vitalevich | (2) Jiri Miklo | (3) Stokkete |
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